Bueno, lo que voy a escribir a continuación viene de un trancón de pensamientos que he tenido de un tiempo para acá… hoy quiero darles luz verde a todos para permitirles ser y poder visualizarlos de manera clara. Son varias cosas las que quiero decir, soltar, siempre todo lo relaciono y será por eso que no soy puntual ni conciso en mi vida diaria… con esto quiero decir un poco en que no sé para dónde vaya este escrito y de qué cosas me pegue para poder justificarlo.
Siento satisfacción al saber que encuentro la disposición y el tiempo para poder hacer esto, puedo expresarme y eso me hace feliz. Durante los últimos días trate de encontrar personas con las cuales pudiera discutir estas cosas de las cuales voy a hablar pero nunca encontré: la disposición, el espacio y el momento adecuado, ni tampoco la persona indicada que recibiera con delicadeza mis palabras y me soplara unas de vuelta.
Creo que de lo que quiero hablar puntualmente es del desgaste que encuentro alrededor. Desgaste de saber que no hay algo sorprendente al abrir los ojos, que lo único que ves son entes que dan tumbos de un lado a otro, entes que dan pasos desalmados, que sus caras ofrecen miradas pesadas y perdidas, que actúan sin entrega, que esconden sus valores o quizá nunca los han tenido, que murmuran entre ellos como hienas el mal y bien ajeno… que buscan juntarse esperando tener algo a cambio que supla momentos y necesidades pasajeras…esto y otras cosas. “La era de lo efímero”, de acortar distancias, de la impersonalidad, del no compromiso.
Esto anterior en parte vino a mi cabeza por las clases de Historia del Traje, me maravillé con el hecho de que las décadas desde 1900 se pudieran resumir en PALABRAS, ¡que las generaciones se resumieran en PALABRAS! saber por qué surgieron los hippies, por qué los yuppies, por qué la gente se vestía de tal forma y ver el cercano vínculo que tiene esto con los hechos de la historia y las aspiraciones de la gente fue algo increíble. Sin duda se pueden escanear los rasgos de una generación por los objetos y hechos que los rodean.
Y entonces con esto uní lo que veo entre la gente que me rodea y las cosas de ésta época. No es aberrante pensar que la gente parezca desalmada cuando las conversaciones que se establecen ahora la mayoría son por la web, si bien es cierto que se han incrementado en número también se ha incrementado la frialdad con la que funcionan. La gente espera tener sexo rápido porque es la época de tener todo a la mano, necesitas saber algo o tener algo entras a internet y te responde rápido y ya ni siquiera debes buscar un computador, lo tienes a la mano en tu celular o en tu tablet… cosas así, por aquí no sé por dónde más ir.
Hay algo que sin duda no cambiará con el tiempo y son los “haters” pero mierda, yo estoy en la cuna o en un centro de concentración de estos. Para quienes no conocen la Universidad de los Andes voy a comentar para ellos un rasgo que es difícil de conocer si no tienes un vínculo con la Universidad. Bueno, pues a diferencia del ambiente de otras Universidades, en esta no se escuchan grupos jugando y gritando en el campus como puede pasar en la Javeriana, o en el Poli aquí la actividad no permite la euforia, todo el mundo va de un lado al otro con sus libros y con los trabajos en la cabeza, todos como robots esperando triunfar y producir conocimiento y/o dinero, dobles carreras, opciones, convenciones, intercambios, etc . Es entonces así que te encuentras con odios, envidias y roces todos provenientes del hecho de que hay que ser perfectos y vivir en competencia; pero vaya que esto si cansa… no alcanza uno a digerir el grado de odio con el que convive mucha de esta gente, si no miras mal fracasaste como uniandino, los hispters con los hispters, preppys con preppys, alternos con alternos, nada mezclado sino “puestesito”… hay mucha diversidad sí, pero no se mezcla, se acepta la diferencia pero no se cree que se pueda aprender mucho de ella… no es que esté diciendo que haya sido así, pero intuyan un poco el porqué ya van dos suicidios en esta institución y mejor que los directivos no miren para el techo y se hagan los wuebones sabiendo cómo vive un estudiante allí.
Aprender es una actividad muy compleja, se aprende de mil formas, yo por ejemplo últimamente he aprendido mucho del fracaso. He salido con varias personas, y me he dado cuenta que “querer” y “desear” son dos cosas bien distintas, que en verdad nunca he encontrado, o bueno, sólo una vez, una persona que más allá de sus características físicas realmente me haga querer estar con ella, porque su universo, lo que piensa y lo que hace me cautiva, tiene algo por aportarle a mi mundo. Pero de resto siendo sinceros, lo único que he visto son cuerpos atractivos, y tal vez una u otra actitud que me guste. Es por eso que no ha servido que yo quiera buscar una relación cuando lo único que hay es deseo de comerse… quién sabe de dónde saqué yo ese pensamiento tan marica que para tener relaciones es mejor estar dentro de una relación, aunque creo que lo pienso porque nunca me bastaría con un polvo ni con dos, sino que espero varios y dentro de una relación esto de algún modo se garantiza. Aunque obvio también he querido brindar apoyo y compañía y recibirlo de vuelta, pero cuerpos fríos, huecos y desalmados es lo que abunda. Parece que la gente no tuviera ideales, no hubiera tenido en su vida bajadas y subidas… nada por escuchar y compartir, -“no hables y vamos a lo que vamos”-, tal cual.
Me encuentro entonces con estas personas que he deseado y ni el saludo, que vaina tan incómoda, como quien dice no serviste y te puse en la papelera de reciclaje y le di borrar todos los elementos. Ni aun cuando me vienen con cuenticos dulces ya me lo creo, al final siempre dicen solo quiero un poco de juego, yo no sé de qué tengo cara… de las últimas salidas me sugirieron hasta un trío, ah bueeeno. Ya estas cosas uno las ve y las acompaña de risa, probablemente alguien que esté entrando en este mundo estará sufriendo como yo sufrí un día… pero hay que saber que juntarse va más allá del cuerpo y esto requiere de trasparencia, una vida bonita llena de valores y tiempo para conocerse.
Con esto concluyo que las personas están perdiendo una esencia bella en su interior, el querer algo en lo bueno y en lo malo para aprender, encontrar motivos para sonreír y convivir personalmente. Miles de razones que pueden ser tangibles siempre y cuando se tengan los sentidos bien alerta. Yo por mi parte me he dado cuenta que también he dejado de lado lo bueno que tengo para ofrecer como persona a los demás, y es por esto que me he refugiado en la meditación y en el canto de mantras para sanar y entender todo lo que llevo adentro y ser alguien mejor para mí y para los demás; para permitirme y permitirle a los demás errar… sé que no es la gran cosa, pero algo cambiará, por lo menos me ha dado paz y ha brindado viento a la llamita que va por dentro. Me ha permitido ver los errores que tengo y su razón de ser, esperando cambiarlos con el tiempo, he visto lo bueno que tengo para dar y porque no debo sentir como perdida el hecho que alguien no quiera compartirlos, es diferente contemplar las estrellas a un día querer llegar a ellas.
En estos tiempos hace más falta esto:
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