No muchos días han pasado desde
aquella noche que tengo vívida en mi memoria, pocos días han pasado también
desde que la mente volvió a sentirse libre de vagar.
La experiencia que voy a contar
puede que sea obvia dentro de las virtudes de muchos, pero para mi fue una
completa revelación de un concepto al que no hago más que colgarle taras, y
bueno, aquí va.
Necesito empezar describiendo toda
la noche aunque el quit esté al final,
pues un pensamiento me llevó a otro hasta concluir lo que encontrarán al final.
Eran alrededor de las 6 de la tarde y el plan de aquella noche era visitar la
Exposición de los proyectos de Arte de la Universidad. La primera parada fue
recoger a Daniel en una tienda reconocida de la ciudad, la segunda recoger a un
Chileno que Daniel había invitado y la tercera, finalmente llegar al lugar.
Cuando llegamos estaba todo el grupito
de los que son, en el mismo spot de
siempre, todo el parche de arte y algunas personas más tomando cerveza
disfrutando la noche que recién comenzaba. La mayoría de personas estaban
entonadas, y tal vez algunas cosas más, entre todas las voces se producía un
ambiente cálido y de felicidad, todo el mundo estaba en lo suyo, pero a mi
llegada una voz eufórica grito mi nombre y era Maria Emilia, que también estaba
allá. Feliz de verme, me contagió de su entusiasmo y fui muy feliz también de
verle, al fin y al cabo dentro del grupo había más que un rostro conocido para
mi. Salude a los demás, y en el tiempo de esperar para ver la obra que nos
interesaba, me di cuenta que no vestía igual al grupo de gente que me rodeaba. Había
sido el primer día de oficina de mi trabajo vacacional, y ni mi camisa bien
guardada, ni el cinturón, ni mi pantalón iban con el código del evento, o bueno
eso creía yo, pero luego no le puse mucho color, y me dije, no soy hipster, no soy alternativo, tampoco
sabía que iba a terminar aquí hoy, al que no le guste pues que no me voltee a
mirar.
Todo continuó, y fuimos a ver la
obra de la persona que nos interesaba, allá estaba el autor, también Simón, al
salón llegó otro Daniel (personaje que me llama mucho) y vimos la instalación.
Era conceptualmente medio fácil de intuir, más no necesariamente directa,
estaba bien, tenía nivel, como las demás que habían en el edificio. Como las
que habían en general en la exposición. Volvimos al spot y me animé a comprar una cerveza y sentarme simplemente a
parchar… hubo cruce de las personas con las que había llegado que se conocían
con otros conocidos más, y finalmente mi grupo original se fue a cine Tonalá, yo
por mi parte estaba en duda de si volver a la casa o quedarme; pero decidí
estar con amigas a las que siempre les hago el desplante, nunca me queda tiempo
de parchar.
En el grupo general habían
tensiones leves, que ya sabía que existían en el departamento de Arte, los que
hacen parte de la rosca y los que no, lo cierto es que mi grupo se movió hacia
el taller de Pablo un personaje que estudia Arte y Arquitectura, caminamos unas
cuadras y finalmente llegamos allá. Al entrar el cardumen de personas parecía
más una reunión de ex-alumnos del Francés, 10 gatos de los Nogales y los demás…
que una reunión informal, hubo más saludos, más algarabía, pero por mi parte con
el cuerpo cansado me senté con una niña que estaba a mi lado y comenzamos a
hablar.
Hablamos un poco, pero me distraían
las dinámicas de la gente, estaba Alberto ensimismado como siempre, estaba
Pablo atendiendo a toda la gente, estaba Maria Emilia chiflada hablando por
todas partes, Gabriela con una actitud cautelosa, Mariana faranduléandose entre la gente cuando de repente llegó a mi Laura,
una niña que había tomado la decisión de venirse conmigo, y feliz me dijo
“sabías que estamos en la cuna del arte? Acá está el futuro del arte del país”
yo la veía y el caso es que ese día estaba de pocas palabras que no supe que
decirle, desde un principio de la noche más que actor siempre fui espectador.
Ella se camufló entre la gente y luego fije la mirada en Ernesto, el tipo más
cautivador de Arte, y la verdad es que sí es muy lindo, también se ve muy
interesante, éste se había acercado a Mafe, la mejor amiga de Maria Emilia y estaban en una charla muy bonita,
Ernesto le decía que la tenía muy presente desde la vez que habían pasado
tiempo en París y en las ocasiones esporádicas que se encontraban en alguna
fiesta, luego algo interrumpió su conversación y Mafe se sentó a mi lado y le
dije: “Pudiste ver que eres del completo agrado de Ernesto, mucho más allá de
la simpatía?” y me dijo “No lo percibí, el hombre me gusta tanto que me pone
nerviosa y no lo puedo controlar, a duras penas le puedo hablar” a lo que
respondí –“Qué lindo eso, párale bolas porque no me cabe duda que ambos se
gustan”.
Golpearon a la puerta, se asomó el
vecino, “que por favor le bajen el volumen o que se salgan”, Pablo apenado
despachó a toda la gente, salimos a la calle al monumento a la caca y ahí nos
quedamos mientras se sabía para qué sitio íbamos a tomar, allí la situación en
la que me quedé expectante fue en torno a Maria Emilia, diferentes tipos
estaban a su alrededor y ninguno podía evitar no mirarla, ella en su chispa
hablaba con el uno, con el otro y no se percataba que era como una especie de
diosa que a todos embelesaba, hasta a mí, me sentía orgulloso de saber que esa
era mi amiga, la loquita que ha pasado como por 5 carreras, la holística Maria
Emilia. Los tipos eran lindos y más de una de las mujeres que había en el
parche gustaba de alguno, lo puedo decir por sus miradas, pero a ellos no les
interesaba más que Maria Emilia y su chispa. Nuevamente el grupo se dividió y
unos cogimos vuelo a Quiebra Canto y otros para el apartamento de un tal Julián
en la Soledad. En Quiebra Canto no encontramos el parche que esperábamos, pues
estaban en un bar chirri de al lado,
allá había una mezcolanza, personas que ni conocía, era un bar straight con viejas bailando entre
viejas, manes con manes, manes con viejas en fin…
Y allá estaban ellos (el quit de la
nota)
Juan Carlos
Uno de los personajes más lindos
que puede tener mi Universidad, un tipo alto, acuerpado, calvo, de barba, con
ojos brillantes dentro de un basto campo de cejas, una sonrisa cautivadora, un
movimiento corporal fluido, y con el una
energía que a la distancia se siente. Lo había visto un par de veces, había
preguntado por él, me parecía todo un personaje, pero siempre creí que no salía
con manes.
Por otro lado, estaba Nicolás
Un personaje de esos con los que es
más bien poco el tiempo que puedo sostenerle la mirada, una locota dirían algunos, que para mi
concepto es más bien una tía, de cuerpo muy delgado y en lo relativo alto, de
pelo algo largo, con unas gafas que más que particulares por su diseño saltan a
la vista por la forma en que las luce en el tope de la cabeza, con la posición
de las manos cliché que todo actor
haría cuando le dicen represente a un gay, y las piernas enroscadas.
Pues estos dos personajes extremos
para mí estaban en plena sintonía y conexión siendo uno sólo en el baile.
Una imagen impactante, ¿cómo era
que estos dos personajes se conocían? ¿cómo era que estaban en este lugar?
¿cómo era posible que nos cruzáramos? Y ¿CÓMO DIABLOS DEPURABAN SEMEJANTE
DERROCHE DE ENERGIA? Pues bueno, aquí estaban Nicolás y Juan Carlos para
deleitarme.
Ciertamente baile en círculos con
gente, con Maria Emilia, con Gabriela… pero de momentos los miraba a ellos,
debo decir que simplemente eran algo muy bello. Un complemento de seres
extremos, que en la vida espere estuvieran juntos y se gustaran de semejante
forma. A mis ojos, la concepción de belleza tomó una definición distinta, pues
de un momento a otro no veía al tipo feo y al tipo lindo bailando juntos, sino
que veía a dos almas auténticas que eran lindas sólo por el hecho de ser ellas
mismas…
Analicé que más allá de cómo
luzcamos, luce más nuestra esencia, porque la ropa se cambia y el cuerpo
perece, pero la esencia aunque de vuelcos permanece.
Nunca se me va a borrar de la
cabeza la imagen de ellos dos, como tampoco la de este día tan particular de
mezcla de extremos, de divergencias donde lo único por lo que se podía
conceptualizar el todo era por la autenticidad de la gente, no importaba el
colegio, la carrera, la vestimenta, el estrato, la orientación, nada, nada más
que la autenticidad.
Como dije al comenzar la nota,
puede que para muchos sea obvia mi conclusión, pero la verdad es que se nos
olvidan cosas que creemos son claras, a veces hay que ver en lo práctico la
teoría para entenderla si no es que siempre… y pues evidencié esa noche que no
importa cómo me vea, es la esencia la que siempre aflora.
(bueno y eso sin contar que el concepto de belleza es diferente en todas las personas, y cada vez se mata más el estándar de la belleza que nos venden los medios)
*Algunos nombres fueron cambiados
(bueno y eso sin contar que el concepto de belleza es diferente en todas las personas, y cada vez se mata más el estándar de la belleza que nos venden los medios)
*Algunos nombres fueron cambiados
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