martes, 2 de junio de 2015

La Noche en que los Artistas se Graduaron


No muchos días han pasado desde aquella noche que tengo vívida en mi memoria, pocos días han pasado también desde que la mente volvió a sentirse libre de vagar.
La experiencia que voy a contar puede que sea obvia dentro de las virtudes de muchos, pero para mi fue una completa revelación de un concepto al que no hago más que colgarle taras, y bueno, aquí va.

Necesito empezar describiendo toda la noche aunque el quit esté al final, pues un pensamiento me llevó a otro hasta concluir lo que encontrarán al final. Eran alrededor de las 6 de la tarde y el plan de aquella noche era visitar la Exposición de los proyectos de Arte de la Universidad. La primera parada fue recoger a Daniel en una tienda reconocida de la ciudad, la segunda recoger a un Chileno que Daniel había invitado y la tercera, finalmente llegar al lugar. Cuando llegamos estaba todo el grupito de los que son, en el mismo spot de siempre, todo el parche de arte y algunas personas más tomando cerveza disfrutando la noche que recién comenzaba. La mayoría de personas estaban entonadas, y tal vez algunas cosas más, entre todas las voces se producía un ambiente cálido y de felicidad, todo el mundo estaba en lo suyo, pero a mi llegada una voz eufórica grito mi nombre y era Maria Emilia, que también estaba allá. Feliz de verme, me contagió de su entusiasmo y fui muy feliz también de verle, al fin y al cabo dentro del grupo había más que un rostro conocido para mi. Salude a los demás, y en el tiempo de esperar para ver la obra que nos interesaba, me di cuenta que no vestía igual al grupo de gente que me rodeaba. Había sido el primer día de oficina de mi trabajo vacacional, y ni mi camisa bien guardada, ni el cinturón, ni mi pantalón iban con el código del evento, o bueno eso creía yo, pero luego no le puse mucho color, y me dije, no soy hipster, no soy alternativo, tampoco sabía que iba a terminar aquí hoy, al que no le guste pues que no me voltee a mirar.

Todo continuó, y fuimos a ver la obra de la persona que nos interesaba, allá estaba el autor, también Simón, al salón llegó otro Daniel (personaje que me llama mucho) y vimos la instalación. Era conceptualmente medio fácil de intuir, más no necesariamente directa, estaba bien, tenía nivel, como las demás que habían en el edificio. Como las que habían en general en la exposición. Volvimos al spot y me animé a comprar una cerveza y sentarme simplemente a parchar… hubo cruce de las personas con las que había llegado que se conocían con otros conocidos más, y finalmente mi grupo original se fue a cine Tonalá, yo por mi parte estaba en duda de si volver a la casa o quedarme; pero decidí estar con amigas a las que siempre les hago el desplante, nunca me queda tiempo de parchar.

En el grupo general habían tensiones leves, que ya sabía que existían en el departamento de Arte, los que hacen parte de la rosca y los que no, lo cierto es que mi grupo se movió hacia el taller de Pablo un personaje que estudia Arte y Arquitectura, caminamos unas cuadras y finalmente llegamos allá. Al entrar el cardumen de personas parecía más una reunión de ex-alumnos del Francés, 10 gatos de los Nogales y los demás… que una reunión informal, hubo más saludos, más algarabía, pero por mi parte con el cuerpo cansado me senté con una niña que estaba a mi lado y comenzamos a hablar.

Hablamos un poco, pero me distraían las dinámicas de la gente, estaba Alberto ensimismado como siempre, estaba Pablo atendiendo a toda la gente, estaba Maria Emilia chiflada hablando por todas partes, Gabriela con una actitud cautelosa, Mariana faranduléandose entre la gente cuando de repente llegó a mi Laura, una niña que había tomado la decisión de venirse conmigo, y feliz me dijo “sabías que estamos en la cuna del arte? Acá está el futuro del arte del país” yo la veía y el caso es que ese día estaba de pocas palabras que no supe que decirle, desde un principio de la noche más que actor siempre fui espectador. Ella se camufló entre la gente y luego fije la mirada en Ernesto, el tipo más cautivador de Arte, y la verdad es que sí es muy lindo, también se ve muy interesante, éste se había acercado a Mafe, la mejor amiga de Maria  Emilia y estaban en una charla muy bonita, Ernesto le decía que la tenía muy presente desde la vez que habían pasado tiempo en París y en las ocasiones esporádicas que se encontraban en alguna fiesta, luego algo interrumpió su conversación y Mafe se sentó a mi lado y le dije: “Pudiste ver que eres del completo agrado de Ernesto, mucho más allá de la simpatía?” y me dijo “No lo percibí, el hombre me gusta tanto que me pone nerviosa y no lo puedo controlar, a duras penas le puedo hablar” a lo que respondí –“Qué lindo eso, párale bolas porque no me cabe duda que ambos se gustan”.

Golpearon a la puerta, se asomó el vecino, “que por favor le bajen el volumen o que se salgan”, Pablo apenado despachó a toda la gente, salimos a la calle al monumento a la caca y ahí nos quedamos mientras se sabía para qué sitio íbamos a tomar, allí la situación en la que me quedé expectante fue en torno a Maria Emilia, diferentes tipos estaban a su alrededor y ninguno podía evitar no mirarla, ella en su chispa hablaba con el uno, con el otro y no se percataba que era como una especie de diosa que a todos embelesaba, hasta a mí, me sentía orgulloso de saber que esa era mi amiga, la loquita que ha pasado como por 5 carreras, la holística Maria Emilia. Los tipos eran lindos y más de una de las mujeres que había en el parche gustaba de alguno, lo puedo decir por sus miradas, pero a ellos no les interesaba más que Maria Emilia y su chispa. Nuevamente el grupo se dividió y unos cogimos vuelo a Quiebra Canto y otros para el apartamento de un tal Julián en la Soledad. En Quiebra Canto no encontramos el parche que esperábamos, pues estaban en un bar chirri de al lado, allá había una mezcolanza, personas que ni conocía, era un bar straight con viejas bailando entre viejas, manes con manes, manes con viejas en fin…

Y allá estaban ellos (el quit de la nota)

Juan Carlos

Uno de los personajes más lindos que puede tener mi Universidad, un tipo alto, acuerpado, calvo, de barba, con ojos brillantes dentro de un basto campo de cejas, una sonrisa cautivadora, un movimiento corporal fluido,  y con el una energía que a la distancia se siente. Lo había visto un par de veces, había preguntado por él, me parecía todo un personaje, pero siempre creí que no salía con manes.

Por otro lado, estaba Nicolás

Un personaje de esos con los que es más bien poco el tiempo que puedo sostenerle la mirada, una locota dirían algunos, que para mi concepto es más bien una tía, de cuerpo muy delgado y en lo relativo alto, de pelo algo largo, con unas gafas que más que particulares por su diseño saltan a la vista por la forma en que las luce en el tope de la cabeza, con la posición de las manos cliché que todo actor haría cuando le dicen represente a un gay, y las piernas enroscadas.

Pues estos dos personajes extremos para mí estaban en plena sintonía y conexión siendo uno sólo en el baile.

Una imagen impactante, ¿cómo era que estos dos personajes se conocían? ¿cómo era que estaban en este lugar? ¿cómo era posible que nos cruzáramos? Y ¿CÓMO DIABLOS DEPURABAN SEMEJANTE DERROCHE DE ENERGIA? Pues bueno, aquí estaban Nicolás y Juan Carlos para deleitarme.

Ciertamente baile en círculos con gente, con Maria Emilia, con Gabriela… pero de momentos los miraba a ellos, debo decir que simplemente eran algo muy bello. Un complemento de seres extremos, que en la vida espere estuvieran juntos y se gustaran de semejante forma. A mis ojos, la concepción de belleza tomó una definición distinta, pues de un momento a otro no veía al tipo feo y al tipo lindo bailando juntos, sino que veía a dos almas auténticas que eran lindas sólo por el hecho de ser ellas mismas…
Analicé que más allá de cómo luzcamos, luce más nuestra esencia, porque la ropa se cambia y el cuerpo perece, pero la esencia aunque de vuelcos permanece.

Nunca se me va a borrar de la cabeza la imagen de ellos dos, como tampoco la de este día tan particular de mezcla de extremos, de divergencias donde lo único por lo que se podía conceptualizar el todo era por la autenticidad de la gente, no importaba el colegio, la carrera, la vestimenta, el estrato, la orientación, nada, nada más que la autenticidad.


Como dije al comenzar la nota, puede que para muchos sea obvia mi conclusión, pero la verdad es que se nos olvidan cosas que creemos son claras, a veces hay que ver en lo práctico la teoría para entenderla si no es que siempre… y pues evidencié esa noche que no importa cómo me vea, es la esencia la que siempre aflora.

(bueno y eso sin contar que el concepto de belleza es diferente en todas las personas, y cada vez se mata más el estándar de la belleza que nos venden los medios)

*Algunos nombres fueron cambiados

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